EL PASEO

Te vas del estadio queriendo hacer como que no ha pasado nada. El pecho se te cierra, pero no es momento de mariconearse. Para colmo un imbecil empieza a hablar de que toda la Liga esta mal y el nivel es una mierda, mas comparándolo con el Chelsea-Porsmouth que vio esta mañana, donde los “robles” hacían pasar el balón de un lado a otro de tres pases.
Como no tienes nada que hacer, y tu cabeza esta llena de estupideces que has sabido creerte a fuerza de no contradecirte, decides alejarte disimuladamente y te desprendes solo directo por la Saavedra. Llegas a la plaza Triangular y en lugar de ir hacia la izquierda para entrar por la Lucas Jaimes directo a tu cama soleada durante la tarde, vas recto.
¿En que vas a pensar? ¿En el partido? No, en tu vida de polvo mal dado. A veces caminar puede costarte caro y en el afán de hacerte el Yoda con la frente marchita, tomas decisiones irreversibles, como es no decidir nada.
¡Dios!, hace tanto que no digo dios, y me siento un profeta doliente de corazón de miga. Hacer como que nada paso, que no se perdió ni nada, estas caminando hacia la nada con una pena de bar en los bolsillos, parece fácil suponerte fuerte.
Pierdes en el amor y el Tigre también, estamos en las mismas carajito, pero la vida es tan mezquina y objetiva que te carga hasta el peso de culpas ajenas. A resolverlo como puedas: con canciones del país, con jugadores de huevos, con el desprecio por la sonrisa.
Mentira que tienes tiempo, no tienes tiempo para nada. Mañana ya es tarde y vas a estar mas duchado que hoy; después te mueres y ni siquiera te vas a acordar de gritar algún insulto bien puesto que te salve el panorama de viejo mierdeado a punto de regalar pedos y gastos de sepelio.
Te vas a cualquier lado, menos adonde estas pensando. Pareces un personaje de Lost, hundido en tu soledad e incertidumbre; casi una sombra que bracea por la noche de los descorazonados.
Y por poco (¿o completamente?) te olvidas que no eres un simple pelotudo en busca de mujer, plata y cojudeces del confort, eres más pelotudo que eso… pero si vas a estar borracho otra vez que sea por una tristeza que lo valga, hazlo por otra cosa además de tu mezquindad de pajero. Porque soñar no cuesta nada y por eso estamos como estamos. Se tu, es decir el que eres, sin dolor, es pedir: se yo. Vamonos de esta trampa de piedras, pasto amarillo y perros mordisqueados; sintamos como se muere el fuego, la noche, el amor propio. Pero ni en este momento se te ocurra quedarte quieto y derrotado como un puto cobarde; di para ti mismo que esto es un desvarío absurdo, y que eres tigre (sin brillo, sin ferocidad, sin fuerza), que hoy estas triste (pero siempre estas triste) y te has permitido pudrirte un poco mas por dentro, y aun así el sueño es vivir para confirmar que todas tus suposiciones estaban sustentadas en lecturas equivocadas, en besos avinagrados, en ceniza amarilla que esta al alcance de cualquier infeliz que me patee la cara.
Y el tigre que hay en ti (es decir El Tigre), antes de dejarte morir primero te desgarra sin piedad, antes de dejarte a merced de tus míseras suplicas de terapia intensiva y adiós mundo cruel… te deja tigre.